martes, 2 de noviembre de 2010

La leona de Castilla

En la clase de hoy nos hemos referido a una mujer muy importante en la historia de la Edad Moderna de España, y, como no es muy usual que nos encontremos con nombres de mujer hasta la historia más reciente de nuestro país, me atrevería a decir que esta gran figura representa a la mujer luchadora, libre y, sobretodo, fuerte. La considero incluso, algo más que la simple "esposa del general comunero Juan de Padilla" y, será porque llevo muchos años viviendo en Toledo, pero puedo aseguraros que su figura resalta más en la ciudad imperial que la de su marido: con el nombre de "Padilla" se nombró a una pequeña plaza situada en el casco histórico de Toledo; sin embargo, "María Pacheco" da nombre a una larga calle cerca de dicha plaza, a un Instituto de Educación Secundaria (antes llamado "Número ocho" o "La normal") e, incluso, algunos empresarios le han puesto este nombre de mujer a sus comercios.

Por todo ello, y por el orgullo de poder hablar de alguien que me resulta tan familiar, me salgo del siglo del que estamos acostumbradas a hablar en este blog (el XX), para poneros una pequeña biografía de esta magnífica mujer:

Leona de Castilla, así llamaron a María Pacheco, la noble española nacida en Granada y que murió en Portugal, que luchó en el movimiento comunero en Castilla.

No hay lugar a dudas de que era una mujer culta y, si permitís usar ya este término, feminista, pues eligió el apellido de su madre para diferenciarse de otras dos hermanas llamadas también María.

Cuando su marido fue decapitado en Villalar junto con Juan Bravo y Francisco Maldonado, María Pacheco tomó las riendas del movimiento comunero desde Toledo.

Como dato curioso os revelaré que, entrando en el Sagrario de la Catedral, robó la plata del Tesoro que allí se contiene para poder pagar a sus tropas.

Murió exiliada en Portugal y está enterrada en la catedral de Oporto. Su hermano, Diego Hurtado de Mendoza, escribió este poema para su epitafio:

Si preguntas mi nombre, fue María,
Si mi tierra, Granada; mi apellido
De Pacheco y Mendoza, conocido
El uno y el otro más que el claro día
Si mi vida, seguir a mi marido;
Mi muerte en la opinión que él sostenía
España te dirá mi cualidad
Que nunca niega España la verdad

1 comentario:

  1. Entrada muy interesante. Ahora bien, tomar apellidos de la madre no era infrecuente en aquella época.
    Atentamente,

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